La División de Estadísticas del Departamento de Economía y Asuntos Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó durante el mes de julio el informe anual sobre los avances de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible 2022. Según el trabajo de ONU, la pandemia derrumbó más de cuatro años de avances en la erradicación de la pobreza, y empujó a 93 millones de personas más a la pobreza extrema en 2020; mientras que durante 2022 podrían sumarse entre 75 y 95 millones personas más a esta situación en todo el mundo.
A su vez, el informe indica que se interrumpieron servicios esenciales de salud, lo que provocó un descenso de la cobertura de inmunización por primera vez en una década y un aumento de muertes por tuberculosis y paludismo, entre otros muchos efectos. Por otra parte, el documento menciona que el mundo fue testigo del mayor número de conflictos violentos desde 1946 y que una cuarta parte de la población mundial vive ahora en países afectados por conflictos. En mayo de 2022, una cifra sin precedentes de 100 millones de personas habían sido desplazadas de manera forzosa de sus hogares.
AUDITANDO EL ODS 1: FIN DE LA POBREZA
La pandemia de COVID-19 causó un retroceso en los últimos 25 años de constante progreso en la reducción de la pobreza y el número de personas en situación de pobreza extrema aumentó por primera vez en una generación, según el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
En este contexto, las EFS miembros de EFSUR decidieron examinar las políticas públicas implementadas para el logro del ODS 1 y mitigación de impacto del COVID-19, con énfasis en la disminución de brechas de género. Esta nueva auditoría propone evaluar la efectividad de las políticas implementadas para el logro de las metas 1.2 (reducir al menos a la mitad la proporción de personas que viven en la pobreza) y 1.3 (poner en práctica a nivel nacional sistemas y medidas apropiadas de protección social).
Según el informe de la ONU, el COVID-19 afectó gravemente el progreso obtenido entre los años 2015 y 2018 donde la pobreza extrema alcanzó un descenso histórico y cayó del 10,1% al 8,6%. Las previsiones inmediatas sugieren que la tasa de pobreza en el mundo aumentó considerablemente de 2019 a 2020, del 8,3% al 9,2%: el primer aumento de la pobreza extrema desde 1998 y el mayor desde 1990. Esto eliminó más de cuatro años de progreso constante.
Siguiendo con el reporte, en el año 2020, la proporción de trabajadores en el mundo que vivían en la pobreza extrema aumentó por primera vez en dos décadas, del 6,7% en 2019 al 7,2%, lo que significa que 8 millones de trabajadores adicionales cayeron en la pobreza extrema. Esto refleja la pérdida de horas de trabajo y la reducción de ingresos para muchos durante la crisis de COVID-19.
Aunque la tasa de pobreza laboral se redujo ligeramente en 2021 hasta alcanzar el 6,9%, continúa más alta que antes de la pandemia. La mayoría de las regiones aún no recuperaron los niveles de 2019. Por ejemplo, en Latinoamérica y el Caribe durante 2019 la proporción de trabajadores que vivían en la pobreza extrema era de 2,9%, mientras en el 2020 aumentó a 3,3%. En la actualidad se sitúa en 3.0%, según los especialistas de ONU.
ODS 6: AGUA Y SANEAMIENTO
El último informe sobre el estado de cumplimientos de los ODS de las Naciones Unidas destacó que la demanda de agua aumentó debido al rápido crecimiento de la población, la urbanización y la creciente presión generada por la agricultura, la industria y el sector energético. Además, remarca la necesidad de realizar esfuerzos adicionales para aumentar la inversión en agua y saneamiento y fomentar la cooperación entre los países que comparten aguas transfronterizas.
Es por ello, que desde EFSUR se llevó adelante la auditoría coordinada ODS 6 Agua Limpia y Saneamiento, con el objetivo de examinar las políticas de ampliación de redes de infraestructura implementadas para dar cumplimiento al ODS 6 Agua limpia y Saneamiento, destinadas a alcanzar las metas 6.1: Lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos y; 6.2: Lograr el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres, las niñas y las personas en situaciones de vulnerabilidad.
El acceso universal al agua potable, el saneamiento y la higiene son fundamentales para la salud mundial. Según el reporte de ONU, para alcanzar la cobertura universal para 2030 sería necesario cuadruplicar las tasas de progreso actuales.
La mejora de la calidad del agua es esencial para proteger la salud humana y del ecosistema. Las evaluaciones realizadas en el año 2020 en ríos, lagos y acuíferos de 97 países mostraron que el 60% del agua tenía buena calidad ambiental. Sin embargo, de las 76.000 masas de agua evaluadas, solo el 1% se encontraba en los países más pobres, reportaron los expertos de Naciones Unidas.
Para leer el informe completo clic en el siguiente enlace: https://unstats.un.org/sdgs/report/2022/