Ana Arraes, Presidenta Ministra del Tribunal de Cuentas de la Unión de Brasil
Es jurista. Anteriormente fue diputada federal por el estado de Pernambuco.
Fue asistente del Instituto de Documentación de la Fundación Joaquim Nabuco, secretaria del consejero del Tribunal de Cuentas del Estado de Pernambuco, técnica judicial del Tribunal Regional del Trabajo de la 6ª Región y secretaria parlamentario de la Cámara de Diputados.
El 21 de septiembre de 2011 fue postulada por la Cámara de Diputados para el cargo de Ministra del Tribunal de Cuentas de la
Federación (TCU), convirtiéndose en la segunda mujer en la historia en ocupar esta posición. El 31 de diciembre de 2020, asumió la presidencia del tribunal.
Agradezco la invitación a participar de este Seminario cuyo tema sobre la igualdad de género es sumamente relevante. Felicito a los equipos involucrados en la realización de este encuentro tan importante. Brasil es un país de grandes dimensiones en el que también se materializan grandes desigualdades. De las cinco regiones brasileñas, vengo de una de las más pobres, más desatendidas donde todas esas diferencias son aún más agudas: del Nordeste de Brasil.
En mi trayectoria de vida me vi cercada por distintas desigualdades: por ser mujer, por ser nordestina, por ver de cerca la pobreza en mi región de origen: Pernambuco, y por las estadísticas en nuestro país. Como parlamentaria por dos mandatos no pude convivir con muchas mujeres en la política. Lamentablemente, aunque ya dejé el Congreso hace más de una década, aún hoy las mujeres representan menos del 15% de los miembros de las Cámaras Legislativas, lo que evidencia la flagrante subrepresentación de este grupo. Precisamente en este foro tan sensible en que se producen las fuentes primarias de toda la ley nos encontramos sin representatividad para discutir con igualdad la formulación de las políticas, perpetuando así el perverso círculo de la invisibilidad.
Hoy, como ministra del TCU, soy la única mujer entre mis pares y la segunda tanto en ocupar el cargo de ministra como el de presidir este Tribunal, en la más que centenaria historia de la institución. Entre los miembros de EFSUR, veo que el 20% son dirigidos por mujeres. La realidad de otros órganos que agrupan Entidades Fiscalizadoras Superiores no es tan diferente de este cuadro. Actualmente, por ejemplo, el mismo porcentaje se verifica en el INTOSAI.
A partir de esta breve contextualización, creo que he mostrado mi profundo malestar con las desigualdades que nos asolan todos los días, mostrando que no desaparecen con el mero pasar del tiempo: ¡es necesario actuar para cambiar!
Desde que asumí el Tribunal de Cuentas de la Unión, institución que siempre he tratado con admiración por su noble potencial como agente transformador de la sociedad, no se me ocurrió otra acción más inmediata que la de promover una igualdad de género sustancial. Con esto en mente, ya iniciamos nuestra gestión invitando a mujeres a asumir posiciones de liderazgo, triplicando el número de mujeres en posiciones estratégicas. Desde entonces, nos hemos ido orientando no sólo en esta perspectiva interna de nuestra Corte sino también en el ámbito nacional e internacional, que no son estancos, pero sí repercuten entre sí.
Pasando al ámbito internacional, quisiera reconocer el esfuerzo incansable de la Mesa de Trabajo sobre Igualdad de Género y No Discriminación de la OLACEFS bajo la presidencia de la Contraloría General de la República de Chile, con la que hemos tenido la oportunidad de colaborar para la formulación de una política amplia a ser implementada y difundida por todos los participantes. Fueron muchas reuniones, con mucha gente involucrada donde todos pudieron dar sus puntos de vista formando un documento completo y plural. Aprendimos mucho en este proceso. También les recuerdo que en noviembre de este año, el TCU deberá asumir la presidencia de la INTOSAI. Veo este escenario que se vislumbra muy promisorio, considerando que nos traerá un horizonte de nuevos desafíos y posibilidades a realizar a favor de la diversidad e inclusión.
En fin, son varias las acciones que vienen moviendo al TCU con relación al tema de género y sus interseccionalidades, siempre inspiradas en las invaluables colaboraciones que nos presentan las demás Entidades Fiscalizadoras Superiores, cada una imbuida de sus experiencias y culturas. Concluyo, reiterando nuestro agradecimiento por tener esta oportunidad de participar en este valiente grupo al mismo tiempo que reafirmo nuestro compromiso con la reducción de la desigualdad de género. Deseo que todos puedan ver que la igualdad de género no es un logro sólo a favor de las mujeres sino de toda la sociedad en la medida que proporciona un mejor aprovechamiento de todos los talentos, además de un mundo más justo. ¡Todos tenemos que ganar!