Lic. Sol Prieto, Directora de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía: Las mujeres realizamos las 3 ⁄ 4 partes de todas las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas que realizamos en los hogares. Esto nos toma en promedio cerca de 7 horas por día no remuneradas. Por ende no tenemos todas las posibilidades de trabajar de manera remunerada, estudiar o simplemente para ocio. Significativamente tenemos menor tasa de empleo, de informalidad laboral y mayor número de desocupación.

Las mujeres que logran trabajar de manera remunerada fuera de su hogar imitan tareas de hogar:

-4 de cada 10 se dedican al trabajo en casa particulares
-7 de cada 10 son mujeres en el ámbito de la salud
-O por ejemplo en el área de la docencia
Todas estas desigualdades ya existían antes de la pandemia de COVID debido a políticas que contribuyen a esta desigualdad estructural. Esto durante la cuarentena significó una caída histórica para las mujeres, un retroceso a niveles que no se veían desde el año 2002 (8 puntos porcentuales)El desempleo de mujeres menores de 30 duplica/triplica al de otros rangos de edad de los hombres. Por ello tenemos que seguir trabajando para mejorar sustancialmente los salarios de las mujeres, cada paso que da nos hace ver todas las desigualdades que quedan por saldar.
Y así lo hemos hecho, gran parte de las políticas de transferencias y sus fortalecimientos se dirigieron prioritariamente a mujeres, muchas de ellas titulares de la jubilación mínima y por los sectores a los que abarcaron, y esto tuvo un impacto positivo en las brechas de ingresos. El programa Registradas es un gran ejemplo para reducir parcialmente la desigualdad y las brechas de género, ya que apuntó a cubrir gran parte del salario de las trabajadoras domésticas. Apuntaló a las trabajadoras de casas particulares como un gran actor económico.