Lic. Graciela De La Rosa, Auditora General de la Nación Argentina
Licenciada en Economía, Universidad Nacional del Nordeste, Facultad de Ciencias Económicas, Resistencia, Chaco, Argentina. Management Centre Europe, Bruselas. Course on Policy, Universidad de Twente, Facultad de Administración Pública y Políticas Públicas, The Netherlands.
Es Auditora General de la Nación, desde 2017 (Res. H. Cámara de Senadores de la Nación).
Fue Directora de Relaciones Institucionales en la Unidad de Ejecución de Programas (UEP) – Manejo de Programas con Financiamiento Internacional. Subsecretaria de Hacienda y Finanzas del Ministerio de Economía, Obras y Servicios Públicos de la Provincia de Formosa.
Diputada provincial por el Partido Justicialista en la Cámara de Diputados de la Provincia de Formosa. Integrante del primer Consejo de la Magistratura de la Provincia de Formosa.
Diputada nacional por el Partido Justicialista en la Honorable Cámara de Diputados de la
Nación. Dos períodos, 2003-2007, 2007-2011.
Y Senadora de la Nación por la Provincia de Formosa, 2011-2017.
Organizamos este segundo seminario internacional sobre pobreza y género en función de la auditoría que estamos haciendo de ODS 1: las políticas implementadas por cada uno de los países en el contexto COVID-19, con perspectiva de género. Es decir, qué ha pasado con esas políticas: si pudieron mitigar la pobreza, la indigencia, las desigualdades y además las brechas de género. En el marco de esta auditoría que estamos haciendo con 15 EFS consideramos que es muy importante, no solamente por el número sino por la calidad de nuestros técnicos, de nuestros profesionales y sobre todo porque es una auditoría única en América latina y única en el mundo entero.
Estas tres nociones claves que trabajamos: pobreza, brechas de género y COVID-19 las vamos a analizar y a tratar con el fin de tener un buen índice de eficacia de estas políticas públicas en nuestros respectivos países.
Es muy importante este seminario porque tiene que ver con esa auditoría. Nosotros también tenemos una participación ciudadana en cada uno de nuestros países, y ahora organizamos este encuentro para recoger esas experiencias y sobre todo, las voces que escuchamos en estos dos días del seminario, que son voces de expertos y expertas en la materia. Este fue un un seminario bastante particular y les digo a los que no son de Argentina, nosotros por ejemplo, hemos tenido en el caso de violencia de género y de pobreza, dos íconos de las mujeres luchadoras por la igualdad de género en la Argentina, como son Perla Prigoshin y Dora Barrancos, que nos dieron una lección de lo que es la lucha por la igualdad de género en la Argentina y en América Latina.
Hemos escuchado todas las las palabras, algunas muy fuertes de las mujeres que realmente están trabajando en cada uno de sus ámbitos por la igualdad de género. Hemos escuchado las voces de la pobreza, tuvimos acá a Agustín Salvia, que es uno de los expertos en la medición de pobreza en la Argentina y es uno de los pocos que mide la pobreza multidimensional en el país. En el resto de América Latina, la medición es multidimensional, acá todavía es una medición monetaria. También nos emocionamos en algunos aspectos de las alocuciones de las panelistas, por ejemplo, cuando Mara Brawer, experta en temas de igualdad de género, parlamentaria, escritora, terminó hablando como psicóloga y nos dijo que en realidad estamos hablando del COVID-19 y sus efectos negativos y que todos nosotros somos sobrevivientes de la pandemia.
Así que tenemos también como sobrevivientes del COVID-19 hacer un esfuerzo y tener memoria por los que se fueron, seguir trabajando para el presente y las generaciones futuras. Esa cuestión nos caló hondo también porque nos dijo acuérdense también del tremendo impacto psicológico en las niñas y niños, en la infancia de esta catástrofe que significó la pandemia, y de la memoria también que le habrá quedado a nuestras infancias de la pérdida de amigos, de padres, de abuelos y demás. Entonces esa cuestión nos tocó el corazón y nos hizo saltar algunas lágrimas también, porque a veces la mirada de la pandemia es como fría. Hablamos en términos estadísticos con respecto al COVID-19, muy técnicos a veces, pero la cuestión siempre es humana.
Esta es la segunda auditoría coordinada que estamos realizando en el ámbito de OLACEFS y EFSUR, con respecto a la medición del ODS 1 y la pobreza con perspectiva de género. En la primera habíamos evaluado la preparación de los países para poder llegar a esos objetivos de la Agenda 2030. En este caso le agregamos el tema del COVID-19 y el tema de las brechas de género. Entonces ya tenemos experiencia con respecto a esas auditorías.
¿Qué nos permitió este seminario aprender también? Como dije recién, aprender de los expertos, de las expertas, de todo lo que nos han enseñado. En estos dos días hemos visto las distintas miradas que hay sobre el COVID-19 desde el punto de vista, no solamente de la pobreza sino la desigualdad, la violencia, los aspectos laborales que fueron tan bien explicitados en el panel de la cuestión del trabajo y del efecto del COVID-19 sobre el trabajo.
Algunas cosas me impactaron, porque nosotros siempre hablamos de las brechas de género y es una cuestión fundamental también en nuestra auditoría pero ¿Cuáles son esas brechas de género? Vimos que estas brechas se extendieron en la pandemia, a través de las voces de las expositoras y expositores y sobre todo alrededor de tres temas fundamentales que tienen que ver con la pérdida de trabajo y la cuestión laboral de las mujeres: el tema de las tareas de cuidado y la saturación que han tenido las mujeres durante la pandemia por las horas de cuidado en los hogares; el trabajo no remunerado y el tercer tema fundamental la violencia contra las mujeres y su aumento durante la pandemia.
Esto es una cuestión fundamental, que nos expresaron los números, porcentajes y demás: desde Perla Prigoshin que nos hablaba del incremento del 100 % de llamadas durante la pandemia con respecto al 2019 y casi el 60% de denuncias por violencia de género. Además, la cantidad de femicidios que hubo en la Argentina durante los dos años de pandemia fueron altísimos.
Todas estas cuestiones nos dan una idea de lo que tenemos que hacer. Nosotros estamos convencidos que auditar los ODS forma parte de la tarea de nuestras EFS, no solamente porque tenemos un acuerdo desde INTOSAI Y OLACEFS con las Naciones Unidas para poder hacerlo, sino que desde el enfoque de derechos humanos los Objetivos de Desarrollo Sostenible son derechos humanos elementales, porque estamos hablando de pobreza, desigualdad, agua potable, saneamiento, educación, salud, derechos básicos de las personas, los habitantes y de nuestros pueblos.
Con esta auditoría estamos contribuyendo a la Agenda 2030, lo hacemos también con todos los hombres y mujeres que, como dijo Mara Brawer, somos también sobrevivientes y tenemos que ayudar a que estas enormes brechas, no solamente de género, sino las brechas de desigualdad, pobreza, indigencia que produjo la pandemia puedan ser resueltas con buenas auditorías donde nuestros países sepan qué estamos auditando y sepan los resultados de las mismas, porque muchos de los programas y planes que se adoptaron durante la pandemia son muy buenos, pero en muchos países fueron nada más que en el 2020 y se terminaron en 2021. A lo mejor es necesario seguir con algún programa o planes sociales para poder terminar, o por lo menos achicar esas brechas, no solamente de género, sino de desigualdad y de brechas sobre el empleo, que fue feroz durante la pandemia.