12/02/2019

Las autoridades de EFSUR firmaron en la Reunión Anual de 2018 la “Declaración de Santiago de Guayaquil, sobre la promoción de la equidad de género de los Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS 5, Agenda 2030” con el objetivo de dejar plasmado el interés que este grupo subregional ha demostrado a la temática, y el compromiso de continuar trabajando en la promoción y fiscalización de la igualdad de género. En este documento, los países de EFSUR consideran que la igualdad entre los géneros no es solo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Asimismo, acordaron promover un diagnóstico en cada EFS, que permita conocer el estado actual de inclusión en equidad y género; y disponer el abordaje y promoción de la igualdad de género a través de la planificación de auditorías que incorporen dicho enfoque.

MUJER Y POBREZA

En base a los compromisos asumidos a través de la “Declaración de Santiago de Guayaquil”, la Auditoría General de la Nación Argentina (o la Secretaría Ejecutiva de EFSUR) propuso llevar a cabo el proyecto de “RELEVAMIENTO Y EVALUACIÓN DE LAS POLÍTICAS IMPLEMENTADAS CON LA FINALIDAD DE DAR CUMPLIMIENTO AL ODS 1 DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO, EN LOS PAÍSES MIEMBROS DE MERCOSUR Y ASOCIADOS”. Es de suma importancia tratar este tema ya que las mujeres son las que más sufren la desigualdad y la pobreza, y son múltiples los factores que influyen para crear esta realidad como la disparidad de ingresos, el acceso limitado de las niñas a la educación, los estereotipos a las  que suponen un freno a estudiar determinadas carreras y acceder a trabajos más cualificados, la doble jornada laboral ( que incluye el trabajo doméstico y de cuidado que en su mayoría afrontan tras su jornada laboral) o la brecha salarial, entre otros.  Entendemos que la pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar medios de vida sostenibles, sino que constituye un problema de derechos humanos.

En el marco de la AGENDA 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, el ODS 1 Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo expresa que entre las distintas manifestaciones de la pobreza figuran el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna y el acceso limitado a otros servicios básicos como la educación o la salud; también se encuentran la discriminación y la exclusión social, que incluye la ausencia de la participación de los pobres en la adopción de decisiones, especialmente de aquellas que les afectan. Si analizamos el incremento de la feminización de la pobreza en los últimos años podemos dar a conocer varios puntos que interfiere en la calidad de vida de las mujeres.

Asimismo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), señala que “las dificultades con las que han debido y aún deben enfrentarse quienes desarrollan políticas de género, en particular, políticas para la superación de la pobreza, imponen una serie de desafíos. Uno de ellos se refiere a la vinculación de las políticas de crecimiento económico con las políticas de empleo y de equidad de género. Existe una clara relación entre el empleo y la pobreza, ya que el desempleo, el subempleo o el empleo precario la determinan, y el empleo constituye un factor decisivo para superarla. De ahí la importancia de generar mayores posibilidades de empleo para las mujeres, que les permitan acceder a recursos monetarios y fomentar su autonomía económica”.

Para llevar a cabo este nuevo trabajo de auditoría coordinada, se concentrarán los esfuerzos en monitorear el cumplimiento del ODS 1, particularmente en las 3 metas que resultan transversales al abordaje de Género, ellas son:

  • Para 2030, reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños de todas las edades que viven en la pobreza en todas sus dimensiones con arreglo a las definiciones nacionales.
  • Para 2030, garantizar que todos los hombres y mujeres, en particular los pobres y los vulnerables, tengan los mismos derechos a los recursos económicos, así como acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de las tierras y otros bienes, la herencia, los recursos naturales, las nuevas tecnologías apropiadas y los servicios financieros, incluida la microfinanciación.
  • Crear marcos normativos sólidos en los planos nacional, regional e internacional, sobre la base de estrategias de desarrollo en favor de los pobres que tengan en cuenta las cuestiones de género, a fin de apoyar la inversión acelerada en medidas para erradicar la pobreza.

 

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